Foto: NiHiL Fotografía. |
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En la actualidad podemos encontrar
una gran cantidad de bandas de rock y artistas que se mueven en los distintos
circuitos comerciales de la música y se desarrollan en diversos foros, eventos
culturales y festivales musicales, sin embargo, pese a la gran difusión que ha
encontrado este tipo de música, es innegable que el rock en su largo andar por
la historia ha perdido gran parte de su actitud transgresora, no sólo en el
ámbito musical, pues ha dejado de
proyectar un contenido social y político, principalmente en los jóvenes. Ya sea
porque las disqueras y empresarios le han limado los colmillos al tigre cortando
toda expresión legitima de rebeldía, o
porque sus representantes del momento no han sabido sacar las garras
oportunamente, el rock ha pasado de ser la expresión musical de un estilo de vida
rebelde, a un género más al que te puedes montar como si fuera una moda.
A pesar de todo hay artistas que
se resisten a las embelesantes labias de la bestia y prefieren satisfacer su
alma haciendo arte que alimentar el cuerpo vendiendo llanos productos
artísticos. Lo que estos músicos aún hacen es un rock con identidad propia, generando
su propio mercado al margen de la
cultura. Son tan transgresores que hacen
al rock no parecerlo, mezclándolo con la trova, los sonidos folklóricos y música regional como los guapangos, e
insertando historias poéticas extraídas de las calles y personajes que pueblan
las ciudades. Se comprometen en sus letras con un contexto social y retratan
como antiguos aedas una memoria que nos hace sentir un presente. A este tipo de
músicos pertenece Rafael Catana, quién cuenta con una larga trayectoria como
artista y, como difusor y propulsor de la música. Desde sus inicios, cuando grabó
su primer disco “Polvo de ángel” en el 91 y ser participe en las actividades de
Foro Tlalpan, donde compartió aventuras con exponentes como Fausto Arellín,
Roberto González, Eblem Macari y Rockdrigo González, hasta la actualidad en que
nos presenta su nueva producción discográfica “Terregal”, Catana se ha
mantenido firme en una propuesta musical que trascienda las superficiales redes
del arte actual. En un disco donde se conjugan la poesía y la música, Rafa intenta
proyectar un sentimiento sincero, no pretende engañar al espectador.
Rafael Catana viene en esta
ocasión con una alineación soñada de músicos. Por un lado Miguel “Gallo”
Esparza, de Toncho Pilatos y Dug dugs, y por otro Víctor Moreno de grupo
Medussa. Ambos, al igual que Catana, son figuras míticas en el rock mexicano,
que abrieron los caminos a seguir por las generaciones actuales. Catana, más joven,
se reconoce fan de ellos. Pero esta es otra de las virtudes a resaltar de
Catana, su capacidad para trabajar y reunir músicos de distintas generaciones
para trabajar juntos. El martes sobre el escenario podremos ver más de 5
generaciones de grandes músicos juntos ejecutar una obra de arte dentro de uno
de los recintos más bellos y emblemáticos de la ciudad, el Teatro de la Ciudad “Esperanza
Iris”.
Trascender las limitaciones,
evolucionar, son algunos de los propósitos de Catana, sin embargo, es innegable
su pasado como uno de los fundadores y exponentes del movimiento Rupestre. Como
invitados de honor que rinden un tributo a este gran pasado que sigue
escribiendo páginas en el libro de la historia, nos acompañan Armando Rosas y
Carlos Arellano, músicos y amigos que han compartido toda una historia rolera
de andares y juglares musicales. Con una trayectoria más reciente, pero no
menos importante, el cantautor Armando Palomas con quien Catana ha compartido
distintos momentos de vida musical. Muchos invitados sorpresa están esperando
para compartir escenario con el músico veracruzano.
El también locutor de radio
educación, músico y amigo de toda la banda, nos tiene deparada una noche
inigualable este martes 20 de septiembre en el Teatro de la Ciudad “Esperanza
Iris”. De parte de todo el equipo de SOBREDOSISblog te invitamos a este gran
concierto lleno de historia. Nos vemos a las 20:30 horas, no faltes!!