viernes, 23 de marzo de 2012

La música es un sentimiento, no una escala matemática.



No hace falta saber nada de música para leer estas líneas, basta con sentirla. Aquí no conocemos de géneros que dividen los diversos estilos de expresión musical, delimitándolos dentro de una etiqueta.  Sólo sabemos de lo emocionante que es experimentarla, esas sensaciones que recorren todo nuestro cuerpo al escucharla, nos hacen vibrar, nos ponen los pelos de punta, nos entristecen, nos alegran, nos enfurecen, nos levantan o nos tiran, todo eso que atraviesa la piel y pone a danzar a nuestra alma.


La música es expresión. La expresión sincera y ejecutada con maestría en la técnica es arte. La música es arte, y el arte es necesario para que el espíritu humano se desarrolle sanamente. La música es indispensable en nuestras vidas así como cualquier otro tipo de arte. Todos los días, consciente o inconscientemente, la música forma parte de nuestras vidas. A veces para desapercibida, a veces no tanto.  Independientemente de la intención con que halla sido creada por el autor, cumple una función estructurante en nuestra personalidad que modifica nuestras actitudes.

En ocasiones nos ayuda a pensar, en otras no, por el contrario, nos hace perder capacidad mental. Representa además un fenómeno cultural y social, refleja las tradiciones y creencias de los países, el folklor de los pueblos. La música refleja épocas, sentimientos, historias, edades, paisajes, personalidades. Es una representación materializada de una parte de lo que somos. Somos lo que hacemos, y la música que hacemos es lo que somos.

La música le imprime ritmo a nuestras vidas. Alimenta nuestra alma y nos hace percibir y comunicar la realidad desde una perspectiva muy distinta a lo común.

La música también es conocimiento, tiene ideologías y postula teorías. También es una ciencia y se pregunta por lo que verdaderamente es música. ¿La música es desde que empieza cualquier sonido, o debe tener una elaborada estructura?  Hablar de la música es como hablar de la metafísica, y esto abarca la totalidad de las cosas. Hasta en el silencio hay un ritmo oculto que marca la melodía del momento.

Todos llevamos un blues en el corazón, bailamos un vals eterno, o un tango en medio de la pasión. Gritamos cuando rock cuando nos rebelamos o trova cuando nos enamoramos, bailamos jazz cuando nos alegramos o soul cuando nos entristecemos.

La música se transforma con el tiempo y nosotros somos el tiempo cambiándolo todo en medio de la evolución social. Depositamos conceptualmente nuestra esencia en ella, y ella nos devuelve el favor aportando nuevos elementos para nuestra construcción. Nos permite vernos a nosotros mismos como si pudiéramos salir de nuestro cuerpo y visualizarnos desde el exterior, complementando nuestra percepción de nuestra propia existencia para reconfigurarnos en un nuevo ser.  Es sentirnos a nosotros mismos desde los sonidos que podemos elaborar.

Un ¡Viva por la música!, porque sin ella no seriamos mas que unos pedazos de materia informe y sin sentido, sin pelo y que se esfuerza por mitigar su banal existencia en un crudo instinto de supervivencia pusilánime.

Pero hasta aquí con esta “música humana”. No creo realmente que nosotros, servil raza de la creación natural, tan vilmente pervertida por la soberbia y la vanidad, tan hambrienta de falso poder, inventemos, o al menos seamos capaces de crear algo tan maravilloso como la música, ni aún tratándose de los mayores genios. La madre Natura nos brinda una gama de sonidos tan perfectamente sincronizada que a veces es imperceptible para el oído vulgar. Si abrimos de alguna forma nuestros receptores de sensaciones para obtener una percepción de la realidad más nítida, nos podremos dar cuenta que el mundo, el cosmos, el universo en su totalidad lleva impreso su propio ritmo, el cual nosotros podemos abstraer mentalmente y representarlo por medio de instrumentos por medio de los cuales lo comunicamos. El músico, así como el sabio, no enseña ni expone nada, aprehende de la ley del universo y lo comunica por medio de su expresión.
La música es vida, y la naturaleza esta vida.

You’re welcome to this new post about music 





No hay comentarios.:

Esculturas Vivas en Bellas Artes

Festival Cultural en repudio a las agresiones de los granaderos a trabajadores del INBA Texto y fotos por: Paco NiHiL ¡Ave! C...