viernes, 2 de diciembre de 2011

La maja y el ruiseñor

Para aquellos que no sepan, una nota anticipatoria. Los ruiseñores, si bien cantan de día, su canto se puede escuchar tambien por las noches, de ahí su nombre en ingles Nightgale. Esta es una historia, de esas que le conto el viejo abuelo al que ahora es el nuevo abuelo, de esas que van de voz en voz, narrando la logomítica del universo. Esto es el origen de porque los ruiseñores empezaron a cantar de noche...


La maja y el ruiseñor

By NiHiL…



Este era un ruiseñor enamorado de una muy bella pajarita. A ella encantábale la música y los cantos. A el también, pero cada vez que intentaba musicalizar su voz, sólo salían ásperas prosas. Pobre ruiseñor, no sabía cantar y su corazón quería conquistar. Decidió entonces buscar otros modos de llamar su atención. Una noche, viajando, conoció al cuervo, un hechicero que aunque no sabia cantar, de inmediato se mostro como un ave audaz. El cuervo le enseño las dotes de las palabras, y su encanto para adentrarse en las almas. Además le dijo que ante la música, ellas son dignas de competir, lo cual alegro mucho el corazón del ruiseñor, quien de inmediato voló junto a su amada para emprender la conquista. Al principio las cosas salieron bien, y entre cantos, las palabras se abrieron camino hasta abrazar el alma de aquella linda pajarita.

Entonces ella canto para él, arrullando sus sueños.

Mientras tanto, la luna se reflejaba lúgubremente en un ojo del cuervo. Tenía un secreto sin revelar. Era que además de conocer las bondades de las palabras, también sabía que podían ser muy malas, y llegar a lastimar dejando heridas que tardarían mucho en sanar. Por eso lo guardo en secreto.

El ruiseñor hablábale todos los días a su amada, recitábale poesía y escribiále cartas. Ella también estaba muy enamorada por todo lo que él le decía. Pero el jovenzuelo se confió, y dejo de esforzarse como la hacia antes. Se descuido y ahora sus palabras eran nulas. Se estancaron en una vacuidad y perdieron su mágia.

Cuando se dio cuenta que estaba perdiendo a su doncella, tuvo miedo y se desespero intentando recuperarla. Sus palabras se volvieron precipitadas, negras y tortuosas. Ya no hacían bien, hacían mal, y a su pajarita lastimaron. Ella, aunque lo quiso mucho, se tuvo que ir para no seguir siendo lastimada por el ruiseñor.

El pobre, tan inocente en su maldad, se fue con su tristeza jurando para siempre callar, para no volver a lastimar. Así es como en las noches los ruiseñores empezaron a cantar, ocultando, entre la oscuridad del follaje de los arboles, su tristeza. Pero no es un canto en realidad, sino un lamento elevado al viento, esperando con paciencia a que su amada maja le escuche y le perdone, y por fin, puedan estar juntos.

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