Nos movemos tan mecánicamente, sintiéndonos libres, llenándonos de posesiones que terminan poseyéndonos. Somos tan frágiles y nos sentimos tan fuertes. En segundos desaparecemos, y aun así nos sentimos con el mundo a nuestras manos, cuando es esta infinita naturaleza la que nos maneja a su antojo, con sus hilos, cual ridículo títere.
Que ilusos pensar que creamos cosas nuevas, cuando en realidad solo son irrisorios intentos de alcanzar la nada, la indiferencia. Creamos cosas novedosas, destruyendo las anteriores. Nos negamos a nosotros mismos, intentamos escapar a nuestra propia ruina creando ilusiones. Esa es la motivación para la vida, saber que en realidad no somos nada. Nos aferramos a encontrar un sentido que inventamos en cada creación, llenando de significado nuestro actuar al andar.
Preferiría que todo acabara en un simple suspiro, y que la razón no intentara tan afanosamente inmiscuirse en los asuntos de la naturaleza. Que afán tan molesto ese de tratar de encontrar significado de causa a todo lo que nos rodea, cuando podríamos bien vivir, sin tanto tener que pensar.
Vivaos pues!!!
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