Viernes por la noche

Viernes, 9:00pm

Bienvenido a la Ciudad de México, la Wal-Mart del vicio, el lugar favorito de El Diablo. El escenario está listo, habrá de todo: profesionistas endeudados que desquitarán su frustración en una botella, vendedores que creen poderlo todo, obreros babeando tras el olor de las putas de tlalpan, muchachitas sacándole jugo a su juventud en los antros, universitarios postergando la vida en las cervecerías afuera del campus, empleados que dicen tener un montón de dinero, policías jadeando sobre sus escopetas recortadas, el galán de la esquina fajando con la cenicienta de la cuadra, tú escondido detrás de la pantalla de la compu y yo, por supuesto, acechando, esperando.

Viernes, 10:00pm

Se armó la "vaquita" y unos se dirigen hacia el Oxxo mientras otros entregan las llaves de sus autos al valet parking y otros más buscan con desesperación alguna sustancia que pueda liberarlos de la angustia, que pueda ponerlos a tono. El ambiente comienza a caldearse, las pupilas se abren como bocas hambrientas, las fosas nasales se dilatan en busca de perfumes más o menos desconocidos. El dinero corre de mano en mano, el licor comienza a fluir, los motores se impacientan. Ya viene.

Viernes, 11:00pm

Los hombros chocan unos con otros, ella "accidentalmente" frota su culo con las ganas de aquél, los policías esperan que les quiten las cadenas, nadie se soporta a sí mismo. Los cuerpos cambian de lugar, los meseros cobran venganza por los malos tratos del resto de la semana, la música enloquece, los corazones trabajan al doble de su capacidad, los nervios se crispan. Todos quieren ser amos. Ellos depositan su fe en la cartera y ellas sobrevaloran sus tetas. Ya está cada vez más cerca.

Sábado, 12:00am

Un tsunami se genera dentro de los antros y a río revuelto, ganancia de pescadores. Se abren las rejas y los domadores arrojan trozos de carne a las bestias. Los baños apestan a vómito, a sangre. Los automóviles son vandalizados. Las madres fingen que duermen y los padres fingen estar despiertos. Los cuerpos son máquinas que no saben para quién trabajan. Ella dice que nadie la merece y él dice que es un caballero. ¡Otra botella!

Sábado, 1:00am

Los más pobres -o sensatos, o tímidos, o cobardes, ¡qué sé yo!- se retiran. "No te vayas, no seas mamón." Ella ve la oportunidad perfecta para irse, para escapar de sus demonios. "Espérate, preciosa, orita te llevamos." Y ella no les cree, pero no quiere llegar a casa, a la casa de sus padres. Ésos que a unas les han llenado el corazón de miedo y a otras la cabeza de consejos que no sirven para nada. Ésos que a unos les han dado todo -que es muy poco- y a otros les han dado lo que sobra y "si no lo sabes aprovechar, es tu problema." Comienzan las descargas a facebook desde el blackberry. ¿No son un encanto?

Sábado, 2:00am

Los niños ya están cansados, pero quieren vivir, aunque no sepan qué demonios significa eso. Las putas ven envejecer rápidamente a la noche y comienzan a improvisar estrategias de venta. Los policías ya están hasta la madre y empiezan a perder la paciencia. Algunos antros comienzan a cerrar y los meseros no dejan títere con cabeza. Unos ven el fondo del vaso y se rinden, pero otros, por el contrario, sacan fuerzas y recursos de sólo dios sabe dónde y al grito de "nos la seguimos" recorren las calles junto a las ratas y los perros que mueren de frío.

Sábado 3:00am

El alcohol, los celos, la frustración, el cansancio, los orgasmos atorados en medio de las piernas, las gargantas inflamadas y la soledad son una mezcla altamente explosiva. Se oyen disparos. Por aquí va éste con la nariz rota, por allá va aquélla con los zapatos manchados de vómito. Los empleados del Oxxo esconden su odio detrás de las cajas registradoras. Tú mueres de envidia y tristeza en los muros del facebook. Los automóviles chocan de frente como borregos cimarrones. Él odia a su padre, ella al suyo. Ninguno sabe qué está pasando. Desolación.

Sábado 4:00am

¡Ya es hora! El bufet está listo, tengo tanto de dónde escoger. ¿Le robaré lo último de la vida a un borracho? ¿Secuestraré a algún universitario del sur de la ciudad? ¿Asesinaré a algún "empresario"? ¿Jugaré a policías y ladrones con algún imbécil de la PGR? ¿Organizaré algún espectáculo para los reporteros de la nota roja? ¿Besaré de muerte a un vagabundo? ¿Me escabulliré entre las piernas de alguna hija de extranjeros en el pedregal de san ángel? ¿Caeré de sorpresa en el dulce hogar de una buena familia? ¿Iré a sugerirte nuevas formas de sucidarte? ¿Vagaré en tus sueños? ¿O sólo caminaré un rato más, disfrutando el dulce e intoxicante aroma del pecado?

Bienvenido a la Ciudad de México, la Wal-Mart del vicio, mi lugar favorito. Como dijo aquél simpático muchacho, "¿eres una damisela afortunada en la ciudad de la luz o sólo otro ángel perdido?"

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