Varios de mis amigos en la
universidad solían transportarse en bicicleta todo el tiempo, incluso había
quienes hacían recorridos largos desde Pantitlán hasta la facultad y otros que
bajaban por Periférico, y con ellos nacieron mis ganas de usar la bici, pero
jamás había conseguido mantenerme en pie sobre una, les tenía miedo y siempre
imaginaba que si pesaban más que yo al caerme –lo cual vaticinaba como un
hecho- me rompería las costillas, la pierna o terminaría con el manubrio
atravesado en el estómago.
Pero todo esto se solucionó un
buen día en que mi hermano, adicto a las bicicletas y a las rutas largas, me
hizo el espléndido favor de comprarme una flamante bicicleta de carreras
bastante ligera, a mi tamaño –porque soy muy bajita- pero que corre
sorprendentemente rápido para mí que no soporto la velocidad. Así que luego de
lograr “aprender” a andar en ella tras insistir un día completo en que choqué
contra la banqueta y contra un camión estacionado, continuaba sin usar mi
bicicleta de verdad. Mi hermano me explicó muchas veces qué y cómo se usan los
cambios, sin embargo, yo seguía subiéndome únicamente para andar entre las
calles de mi colonia y a veces para ir al pan, pedaleando dos o tres veces y
dejando tranquilamente que ésta me llevara.

Por eso, dejaré aquí cinco
consejos obvios pero que podrían hacer la diferencia si eres principiantes del
asfalto como yo:
1 Primero que nada – aunque ya
muchos lo sepan- debía aprender a no frenar en seco. Suavecito, suavecito,
antes de romperme la cara o algo peor, los ¡lentes! En un viaje verdadero entre
los coches frenar en seco puede ser uno de los peores errores, uno ya no puede
parar o bajarse de la bicicleta cuando coche tras coche le pasan al lado o
vienen a sus espaldas.
2 Uno de los problemas más
complicados de solucionar –para mí, claro- es que si uno no mantiene la
velocidad los coches que pasan a un lado pueden desestabilizarte y llevarte
incluso al suelo. Por eso deben asegurarse de comprar la bici adecuada, una vintage
con canasta y portavasos no sirve de mucho, la estabilidad del manubrio está en
el centro, por eso es importante que además de mantener una velocidad
constante, uno empiece a conocer su volante colocando las manos en diversos
puntos, echando su cuerpo al frente o hacia atrás según la velocidad o las
maniobras y experimentando dónde está su peso. Otra cosa, las bicis de montaña
son buenas por sus amortiguadores para estas calles llenas de baches, pero son
lentas y pesadas para andar en la ciudad y hacer rutas largas. Ahora sí, que
ustedes elijan.

4 No olviden usar casco, todos
los días atropellan mínimo un ciclista en esta ciudad caos y el casco puede
hacer la diferencia, no es broma. Usen guantes para evitar raspaduras en caso
de caída. Levántense un poco al pasar por topes o baches.
5 Y, por favor, si eres chica
deja de usar la bicicleta como si pasearas en un boulevard de California y
recuerda espejear, siempre espejear. Obviamente no uses tus audífonos y
mantente bien alerta, procura usar lentes para evitar que se te meta el polvo o
algún bicho que pueda ocasionar que pierdas el control y caigas.

Y ya que estamos en estas, no
olviden acercarse a los grupos de ciclistas como los Bicitekas en bicitekas.org, o localizar
rodadas en grupo que les ayudarán a realizar mejores recorridos y ganar
confianza. Localicen en sus rutas cotidianas varios talleres de bicicletas en
caso de un imprevisto, y échense el libro de David Byrne, integrante de los Talking Heads, "Diario de Bicicleta". Además dejamos el manual del ciclista urgano : https://www.ecobici.df.gob.mx/sites/default/files/pdf/manual-del-ciclista.pdf
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