Ilustración: Graff Matt
El otoño se acerca con una carroza donde viaja la muerte.
Una mujer de caderas dulces se pasea frente a la parroquia con una falda corta.
En el carrito de helados, las nieves se derriten frente a una prozaica escuela.
La vida se diluye como el tiempo fluye, es como querer contener lo inasible en un frasco. Pretender un eterno presente.
Nuestras huellas en el mundo son como marcas en la arena de playa, donde el mar devora los contornos de la memoria. Bendita la enseñanza que brinda luz en este mundo de sombras.
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