sábado, 6 de abril de 2013

¿Cuánto queman unos labios ardientes?

Otra nota musical en nuestro torrente sanguíneo

Por MiXenA

 

Sin duda alguna, The Flaming Lips es un grupo que a lo largo de los años se ha convertido en algo de difícil ingestión. Pareciera para los asustadizos que los músicos han consumido demasiado LSD o MDMA. Sus últimos dos discos aseguro que no gustaron a la mayoría de sus fans que sólo son felices coreando el Yoshimi, disco que no niego lo fabuloso que es, sin embargo, la voz melódica pero bastante, ya no madura, sino vieja, que se proyecta en estos últimos discos, acompañada de distorsiones cada vez más indecifrables parecen estar quedando fuera de las expectativas musicales de las nuevas generaciones que tienen los oídos muy dañados y no soportan altas ondas sonoras.
El grupo de incansables músicos verdaderamente experimentales acaba de sacar un nuevo latido. The terror es un album en el que volvemos a escuchar las influencias pinkfloydianas y los momentos de calma, ya no dulces e idílicos como les gustan a las personas, sino calma de reflexión, calma de estar parado en tu sitio, de haber perdido, afortunadamente, lo que te rodeaba: You are alone.
Estos muchachos de ayeres punks tienen discos compatibles con la droga que usted desee meterse hoy en día. Esta vez vayan al punto por un Shiva, pongan el maná en su lengua cuando el sol torne morado y azul incandescente el cielo que los cubra y denle play al miedo que los habita. 
A pesar de que el disco, una vez más, sea algo lento, no te dejará escapar en el minuto menos esperado, siempre brotan por los audífonos sonidos de aquí o allá que se van uniendo en espirales que se enredan desde tu cabeza hasta tus piernas entumidas. Las notas caminan de tu cerebro para llegar a tu corazón y ponerte frío, un frío que quema, como el hielo, como esos labios que te besaron una vez y te dejaron de nuevo. No pierdan de vista esos recorridos por el silencio aparente, la desolación y la desesperanza también tienen un rostro así como la ausencia de sonidos una peculiaridad para la audición.
Ojo ahí muchachos que gustan de Tame Impala y de Wu Lyf, pues en el nuevo disco de los Flaming Lips sabrán quien es su padre, ahí no más les paso el dato. El del dealer no lo tengo pero seguro cada quien guarda el teléfono de su médico de cabecera. 

No hay comentarios.:

Esculturas Vivas en Bellas Artes

Festival Cultural en repudio a las agresiones de los granaderos a trabajadores del INBA Texto y fotos por: Paco NiHiL ¡Ave! C...