By NiHiL
De todas
las formas de rebeldía en la actualidad, la que me parece más importante es la
capacidad para mostrar empatía por otros seres humanos. Hoy en día ir por la
calle con la mirada levantada e intercambiar sonrisas con los transeúntes puede
ser considerado un acto subversivo. Se puede llegar a considerar hasta
revolucionario.
La gente
camina por la calle con la cabeza agachada, ensimismada en sus asuntos o
simplemente evadiéndolos, dejando su mente en blanco. Cuando mucho, van con la
cabeza levantada, pero medio idos. Se tienen miedo unos a otros, somos una
especie que genera desconfianza. Existe un aislamiento social que propicia que
los delincuentes y acosadores se aprovechen de la falta de comunicación entre
individuos que pretenden ser semejantes. No lo niego, es preferible no hablar
con desconocidos por propia seguridad, pero vaya ¿es mucho pedir un gesto
amable acompañado de una sonrisa mientras se sostiene la mirada? Tampoco digo
que tenemos que ir por ahí como payasos saludando a todo el que se nos cruza en
el camino, pero hemos llegado al extremo donde la situación propicia que se
genere ese intercambio de miradas, una sonrisa, y la gente esconde la mirada,
rehúye.
En otro
tiempo me referiría a esa gente como autómatas. Un tipo de robot que sólo sigue
las instrucciones con las que ha sido programado. Pero cabe a la perfección
señalar la moda que en la actualidad idolatra a los muertos vivientes, los
mentados zombies son la analogía adecuada. Últimamente han cobrado un gran
auge, y yo no soy de esos fans que gustan de salir disfrazados como cadáver
caminante, pero a veces me pregunto si no será un reflejo inconsciente de
nuestra sociedad.
Gente
muerta caminando por las calles como si estuviera viva. Se alimentan de cerebros,
pero no porque les ayude a desarrollar inteligencia, o robarles sus
pensamientos, sino sólo así, para saciar su apetito y acabar con los pocos que
aún piensan. No tienen planes macabros para conquistar el mundo, o peor aún,
para destruirlo y acabar con toda la humanidad. Ni pretenden ser delincuentes
con robos maestros y volverse magnates a costa de vidas humanas. No, los
zombies sólo comen cerebros para que todos sean una enorme comuna mundial de
cadáveres mugientes. La gente de hoy en día no es muy distinta. No estoy seguro
de que la gente moderna esta viva, realmente viva, llena de entusiasmo y con
ganas de desarrollar todas sus capacidades, cuerpo, mente, espíritu, llenos de
emoción. Yo veo a la mayoría muertos, sin alma, sólo con un cuerpo que funciona
sin pensamiento alguno, ni consciencia, van de un lado a otro con la mente en
blanco, se mueven por inercia.
Cuando
entre la multitud se aparece alguien vivo, un ser pensante, los zombies
arremeten contra él aturdiendo con ese extraño sonido que emiten, parece que
berrean, mugen o algo por el estilo. Los zombies nunca quieren escuchar nada
interesante, entre menos los hagas pensar mejor, y si tienen oportunidad te
harán creer que pensar es algo malo, y te orillaran a sus vicios antipáticos,
para que dejes de pensar y seas uno más de ellos.
No entiendo
bien que pretenden con las marchas zombies y toda la parafernalia que se ha
desatado alrededor de este fenómeno. Basta con meterte al metro, subir al
transporte, llegar a la zona de trabajo o la escuela, y levantar la mirada más
allá de esas personas con las que compartes intereses e intentar intercambiar
una sonrisa para recibir a cambio una evasión y ese extraño berreo de zombie.
Si eres de
los pocos que aún están vivos, comunícate con otros vivos. Ese virus que los
vuelve a todos estúpidos autómatas, dígase zombies, esta arreciando con la
humanidad a través de la televisión, radio, revistas, publicidad, juguetes, y
cualquier medio de comunicación humana para limpiar sus cerebros. La vacuna se
llama humanismo.
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