domingo, 14 de abril de 2013

Yo soy ciencia ficción

Nocilla Dream

Por MiXenA



Se han preguntado ustedes, adictos a las sustancias incomprensibles para la moral, cómo serán las drogas del 2976, o cuántos ojos miran al mismo tiempo en varias partes del mundo el correr de datos en una computadora. O para no ir tan lejos, cuántas veces han descubierto que dos de sus amigos, separados, según ustedes, por toda una vida de nada en común,  también se conocen. Ayer a las 4:38 con 14 segundos tuve un orgasmo, cuántos hombres y mujeres se vinieron al mismo tiempo que yo y cuántos niños dieron su primer aullido al salir del vientre de su madre mientras yo gritaba de placer. Estos son los pequeños detalles que unen a los humanos separados por las relaciones superficiales, envueltos en el movimiento de los días y las emociones de cinco minutos. La metáfora del amor  actual y postmoderno la encontramos en twitter: restricción de caracteres y flujo de información masiva por segundo, imposibilidad de abarcarlo todo.  
Así pues, la posmodernidad que cada día nos devora las emociones a través de las redes sociales,  siendo despertados por los memes los sentimientos que las personas nos provocaran algún día,  ha alcanzado a la ciencia ficción, incluso la ha sobrepasado. La combinación de estos dos frutos de la tecnología mezcladas en la pluma chorreante de Agustín Fernández Mallo nos entrega una de las novelas que de la narrativa actual, mezcla de rock ingles y microchips, quiero y me atrevo a recomendar. 
Lejos estamos de esa película medio sosa de Tienes un e-mail, no nos han llegado los DeLorean, pero seguro ya nos vigilas como en Scanner Darkly. Ahora lo que la internet nos puede dar son los sitios web de las micronaciones: www.telebase.es/sealand. Los lazos humanos se afianzan por la banda ancha, sin embargo, Lo que Fernández Mallo nos entrega en esta novela llena de vacío es el alcance de las vibraciones que producimos y de las cuales estamos tan desacostumbrados a notar. Qué tanto en común tienes con una puta, señorita que seguro ya te has ofendido, ¿Nada? yo diría que han pisado el mismo centímetro cuadrado unas 458 veces mientras la luna ha dado 98977 vueltas a la tierra e incluso han mirado los mismos ojos alguna vez en cierta calle del centro o en una estación del metro en la línea 1. 
Si nos percatamos de los pequeños detalles fortuitos de la vida que nos unen a los otros seres humanos quizás logremos romper poco a poco el modo tan efímero y  superficial en que nos relacionamos en la semana (lejos quedó la era) de las app's para android o apple. La ciencia y los avances que tanto parecen haber venido chingando la Tierra y las relaciones humanas, encuentran un Oasis dónde posarse en esta novela que hermana ciudades gracias a los diseño de sus tapas para alcantarilla. El absurdo parece ser el mejor medio para hacernos reaccionar y ha evolucionado del teatro de posguerra de Samuel Beckett hasta la narrativa española de una guerra actual que nos ataca con bombardeo de información. No dejen, pues, de leer algo más que este blog o las Tarjetas ofensivas pero divertidas...  Atrévanse a llegarle a la tecnología más allá de su celular. 









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