Imagen por: Xavier Rey Fuente: http://www.enkil.org/ |
Me bebo la noche como desintoxicante, pero me fumo la tristeza en pipa, para mitigar el síndrome de abstinencia.
Tengo en la planta del pie un mal que asfixia mi andar y mutila mi libertad. Que difícil escapar de la ambigüedad.
Es esta perra soledad que me quiere embargar la vida por las horas de amor que robé y no me correspondían.
Puedes sentir túneles en el pecho que llegan hasta tus adentros, provocan temblores de tus más firmes recuerdos, convulsionan tus emociones y el tiempo es un grillete atado a tus errores. La razón nos sugiere sanación, pero el corazón sufre sequías en su sexo. Los dedos se transtornan rígidos, los pies se vuelven de goma.
Hay que buscar una pócima en el recetario del amor, sin que se haga adicción. Buscar el tiempo y el espacio necesario para el confluir de dos ríos o dejar que cada uno encuentre su propio mar.
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