Primera parte
By NiHiL
Los ingredientes son siempre los
mismos. Amor y Sexo. ¿Son partes de la misma cosa o pueden existir por
separado? Aunque sólo suelen ser dos indefensos conceptos, las combinaciones
posibles son un poco complejas. En
realidad, a mi me parece que no necesariamente necesitan coexistir en una misma
relación, pero sí que existiendo mutuamente, la relación es más plena.
¿Será?...
El amor se puede dar sin sexo y
ser feliz, felizmente también todo mundo puede tener tanto sexo como quiera,
sin implicar al amor. A pesar de todo, no creo que en el sexo “sin compromisos”
se excluya del todo al amor, así como en toda relación amorosa no se excluye el
aspecto sexual. Toda relación sexual se
da en principio por un sentimiento de atracción y todo sentimiento de amor
comienza por una atracción sexual. Podemos
decir que así como el sexo es la unión amorosa de cuerpos, el amor es la unión
sexual de almas. Esto ultimo resulta difícil
de comprender si pretendemos acercarnos al problema con estás palabras
modernas, impreganadas de tergiversados significados limitantes. Intentare
explicarme por medio de términos que no son muy comunes para el lenguaje común
y consciente, pero que se mantienen vivos en el lenguaje mitológico e
incosciente: Filos y Eros.
La filia y la erótica son dos
caras de una misma moneda. ¿Sabía usted, mi estimado dopado, que antiguamente, cuando alguien era amigo de otro, no
sabía con exactitud si también era su amante? Así el caso entre Parmenides y
Zenón de Elea, o incluso entre Sócrates, el héroe de la filosofía antigua y
Antístenes , el cínico. De ahí que las pabras amigo y amante no se distancien mucho la una dela otra, tanto
etimológicamente como en la práctica. Urano y Gea, el Cielo y la Tierra, en los
primeros tiempos se sintieron atraídos (filos) para finalmente concretar esa
unión a través de eros. Una atracción erótica no funciona si no hay filia, y
una filia no funciona sin el erotismo. Para que exista el erotismo debe existir
también una afinidad, y para ser afines hay que ser más eróticos. Hay que
entender que filos, antes que amor, es atracción y que Eros, antes que sexo, es
vida, factor de movimiento.
Si trasladamos estas ideas a las
relaciones humanas con objetos (excluyendo las humanas) tomese por ejemplo
cualquier cosa que se desea, desde un vaso de agua hasta adquirir un
conocimiento. Vamos a ponerlo de está forma, un tercer factor que interviene
entre la filia y el erotismo, es el deseo. El deseo siempre surge en orden a
alguna carencia que desea ser satisfecha. Es frecuente confundir la cosa
deseada con el beneficio que se obtiene del objeto. Al mismo tiempo, el deseo
nunca se da de ninguna cosa o por sí solo. Es decir, si existe el deseo, hay
también un objeto que es deseado y un sujeto que lo desea. El objeto deseado,
por su propiedad de causar el deseo, es la filos, y la intención que nos pone
en movimiento para alcanzarlo, es la erótica. Cuando hay deseo, hay filia y
erótica simultáneamente.
El deseo termina por ser una
especie de espíritu santo que se forma por la participación del factor
erótico y la filia, y no puede existir
si no existe alguno de los dos, ni cada uno por separado. El punto es esté,
cuando existe un deseo de por medio, el objeto es siempre deseado, pero no
tiene la capacidad de desear y, el sujeto que desea, no tendría razón para
darse a desear al objeto. Está es la situación de las relaciones personales,
donde se pretende alcanzar algo que se desea, y, sin intervenir otra persona,
ya es una relación de amor (atracción) y de sexo (movimiento).
La cosa cambia drásticamente cuando
incluimos a otra persona como el objeto de deseo. Pero eso lo analizaremos en
la próxima entrega, donde veremos como se pasa de una relación personal a una
inter-personal, como influyen en estas
relaciones el Eros y la Filos. Retornaremos
a la interpretación amor/sexo intentando definir lo que es una relación puramente
sexual (erótica) de una amorosa (filia).
Pero no se pasoneen, mejor cuéntenos su viaje…
Viertan sus comentarios, hagan sus
preguntas, dejen caer sus maldiciones.
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