Emotiva presentación del taller de Danza Hawaiana y Tahitiano en el Auditorio Mariano Escobedo.

*Emotivo evento manchado por la negligencia de los encargados del auditorio Mariano Escobedo.

Texto y Fotos by: NiHiL

El día de ayer tuvimos la oportunidad de presenciar, una vez más, uno de los emotivos eventos de baile Hawaiano y Tahitiano, a cargo de la maestra Coral Lozano​

No lo voy a negar, la primer vez que me tocó cubrir este evento fui lleno de escepticismo. Pero grande ha sido mi sorpresa que casi lloro de emoción. 

Antes que nada, hay que mencionar que la maestra Coral ha sido una incansable luchadora de la cultura. Lleva más de una década impartiendo estos talleres, donde no sólo se aprende un estilo de danza, sino que te acercan a todo un portal cultural donde se asimilan valores y grandes experiencias que fortalecen la personalidad y autoestima de las danzantes. De gran relevancia es el nivel simbólico que mantienen sus danzas. Durante la presentación de una danza, los movimientos expuestos representan mensajes que se van hilando con la música para contar una historia, pero no cualquier historia. A través de la expresión corporal se van contando leyendas o anécdotas de la isla que nos dan información sobre la isla, su gente sus tradiciones, sus valores. 

Pero aquí no acaba todo, los vestuarios también tienen un significado como los comportamientos de cada miembro del grupo detrás del escenario. Todo es un trabajo en equipo para formar una "ohana" (familia). Al entrar a esta familia, como en cualquier otra, cada quien tiene su propia personalidad y actitudes que los definen como persona, lo cual, a lo largo del tiempo los hace adquirir un nombre dentro de la "ohanna" dependiendo de los valores que esta persona demuestre.

Acudir a este tipo de eventos es de verdad una enriquecedora y emotiva experiencia por la cantidad de elementos simbólicos que rodean estas presentaciones. ESTO NO ES UN SHOW MAS. Es la presentación de un año de trabajo con distintas alumnas y ver la evolución de cada una de ellas en un ambiente familiar, donde los padres y familiares también pueden dar constancia del magnífico trabajo de la maestra Coral y, sobre todo, ver el crecimiento artístico, personal, ético y profesional de sus hijas en esta disciplina y cultura, ojo, que no debe ser confundido con la práctica de un deporte o un hobby pasajero. Es sumergirse en una cultura, ser parte de ella, y representarla, ser un exponente de este conocimiento ancestral que, con orgullo porta, y con humildad comparte, la maestra Coral.

Lamentablemente queremos recalcar la actitud negligente por parte de los encargados el día de ayer en el auditorio Mariano Escobedo, quienes dejaron mucho que desear con la calidad del audio, lo cual no pudo mermar el ánimo de las alumnas que se comportaron como todas unas profesionales.

Después, por diversos contratiempos, los encargados del auditorio presionaron para que el evento diera por finalizado. Meses de preparación en Coreografía, gastos de los papás en vestuario, el ánimo invertido de las chicas que se presentaban, se veían manchados por LA ACTITUD DE LOS ENCARGADOS DEL AUDITORIO. Por si no fuera poco, y para rematar en lo grotesco, con muchas niñas aun con el vestuario y los papás felicitando a sus hijas, apagaron las luces con toda la audienci dentro del auditorio. Hay que recordar que estos espacios pertenecen al pueblo.

A nosotros no nos queda más que mandarle muchas felicitaciones a la maestra Coral y a todas las alumnas de su escuela. Igualmente queremos extender esta felicitación a los papás y mamás que apoyan a sus hijos para que formen parte de estas actividades.

Un hurra por la cultura independiente y del pueblo, un buuu para LOS ENCARGADOS DEL AUDITORIO y su negligencia.

(ESTE TEXTO FUE MODIFICADO PARA ACLARAR QUE CASA DE CULTURA BRINDÓ EL APOYO REQUERIDO EN TODO MOMENTO Y QUE LOS RESPONSABLES DE LAS LUCES Y LA NEGLIGENCIA SON LOS ENCARGADOS DEL AUDITORIO. COMO SEA, ES UN ACTO REPROCHABLE QUE COMO COMUNIDAD DEBEMOS RESOLVER PARA QUE NO VUELVA A SUCEDER)

No te olvides del pueblo.

Foto: Christophe Segura

Texto por: NiHiL

Un paraje de sombras y arboles torcidos. Un falso fuego brilla en el fondo de un camino oscuro. Las risas huecas seducen mis oídos, arañan mis más cobardes emociones, coquetean con mi escurridizo ego. El humo flota entre los muros que alojan familias a las altas horas de la noche, cuando el gigante del universo nos vigila con sus múltiples ojos satélites plantarios.

Cuando naces no vives, comienzas a morir. Todo se vuelve una lucha contra el exterior y al interior por mantener los signos vitales. La vida, en general, es una lucha, un combate. La mayoría pierde. En términos económicos por supuesto, pero ¿Quién gana en términos espirituales? La materia es parte de nuestro espíritu.

Una bota obrera pisa el lodo por la mañana. Pisa tierra y charcos antes subir al transporte público, donde la clase obrera se moviliza entre las maltrechas calles. Un joven sostiene un arma debajo de su chamarra, se aproxima al "pecero" con otros 2 sujetos. Una mujer golpeada viene en la parte trasera con una gran maleta de ropa, ha huido de casa con su hija de 4 años que duerme en su pierna. Un joven repasa las canciones que ha descargado a su nuevo celular la noche anterior, se aburría en el trayecto a la escuela. Se empujan unos a otros, se miran con miradas desconfiadas y los más amorosos buscan un corazón que brinde refugio a la urgencia.

En una avenida paralela un delincuente viaja en medio de un convoy de seguridad que lo protege. Gobierna un país no hay ley, y la justicia se disfrazada de autoridad para dejar a un pueblo sufrir con la condena del olvido.

Mujer de contratiempo

    Nota para oídos sordos                                                                                                                                                              

                                                                                                                                                                   Hay día en que me desmorono

como la sobra de una viuda

arruinada…

Real de Catorce

Y esos días no son días cualquiera, aunque algunos así lo parezcan. Son días de historias destazadas por dolores y miedos que se clavan en el corazón y las arterias como si las agujas de una jeringa infecta te dieran el colocón definitivo: the last trip…

Esta vieja historia comienza en cualquier vagón de lo que sea que ande en esos subterráneos del DF acongojado, húmedo y frío; es la misma historia triste y arrugada que llevo contando desde el día en que tuve una especie de muerte a contra tiempo. Allá en aquellos años donde mi juventud pintaba arcoíris en unos ojos que siguen prendidos,  pero lejos, en una oscuridad que parpadea y es la misma que me contiene. Esta historia le pertenece a toda mujer que tenga tangerina en algún lado de la memoria: en su suéter desgastado, en su cabello, en sus labios. Pero esta historia, que cualquier película pudo retratar, tiene no dos finales, sino un eje por el que andas dos carriles paralelos.

En aquel filme, que para estas alturas ya sabrán a cuál me refiero, en esa escena me perdí, sentí como me desvanecía, como se apagaba un corazón que decía amarme, cómo una máquina succionaba mi perpetum movile re-cordum, ahí la oscuridad de una canción triste se convirtió en todas las notas lacerantes de cada día en mis oídos. Me hundí un rato en la superficie de la vida y anduve pasos con sentido abstracto, si eso existe.

Dije muchos «nos» esperando el momento de salir de mi remoto universo de mentiras. Anduve calles y recuerdos buscando que dejaran de dolerme en la conciencia. Recobré ánimos, ganas de tener unos labios con nombre y apellido entre los míos. Luz en una mirada que apagarán las anfetas, y seguía escuchando la misma canción. Hasta que cometí otro tropiezo.

A veces uno cae en blandito, eso dice cuando menos aquella vieja expresión cuyo origen no logro imaginarme. Este caer me compuso las piernas, enderezó un corazón tuerto que poseían mis adentros, compuso el mecanismo de defensa que fallaba a cada trecho de mi andar y reanimó una imaginación, que si no apagada, había sufrido daños en el sistema nervioso central y chorreaba paranoias.

Ahí conocí la otra línea narrativa de mi película de cabecera. Llegado su momento supe por qué la canción decía everybody gonna learn sometimes. Se me dio la lección más importante de estos días de lluvia y a veces calor. Pasa, muy seguido quizá, que los recuerdos de cualquier cosa son selecciones meticulosas de lo más conveniente para el corazón y la cabeza. Yo había olvidado cierto final que cayó como sobresalto a media noche en calle solitaria: vamos a pelear, vamos a estar mal, -y aquí agrego mis propios votos- vamos a llorar de vez en cuando, sobre todo porque me es difícil no hacerlo; vamos a sentirnos incómodos y tremendamente asustados; vamos a querer correr entre avenidas vacías y de noche, pero solos; vamos a olvidar promesas hechas al calor de las sábanas que nos ven amarnos; quizá destruyas mi corazón poco a poquito y sin quererlo; con la mínima posibilidad de que jamás llegues a confiar en mi andar de gato despistado. Pero, aunque la lista de pecados, hechos y deshechos cósmicos, sea más creciente que mis años, no me queda más que decir que yo… que vas poblando mis historias de metro de todos los días, mis sueños de colores sin sustancia elemental o droga alguna, te voy regalando mis enseres de muñeca mal parida para que veas que aunque mi pierna esté chueca y mi ojo se vaya de vacaciones aquí en el torcido corazón de esta vaca mal alimentada hay un amor que se cocina entre las plantas de tus pies y se diluye en tus sudores…

En el final del camino yo no puedo asegurarte luz alguna, jamás he llegado hasta ese sitio, no puedo, ni siquiera, asegurarte un final, eso me lleva a no poder asegurarte nada… Cada cosa se construye de elementos que no son fundamentales sino hasta que el todo está hecho, entonces sí, quitar una pieza es peligroso. Te preguntarás a qué vienen todas estas palabras sin sentido práctico. No tengo ni idea. Tan sólo he querido vomitar tecleos entre tus ojos para que no te olvides que ando escribiendo una historia de mi vida donde te escogí para actuar; que no hay corazón más roto que el de alguien que está muerto y yo puedo sentir tu respiración negando esto. Entonces te pido que salgas de tus terrores y te subas al camión que llega al cruce de caminos, ese punto legendario donde se clavan muchos mitos, incluso, que en las noches de tormenta y ebriedad, el diablo te aborda de repente… cambiemos el sentido… para bailarte la canción de la sensualidad y contarte la vieja historia del destino. Por hoy no hay más, quizá en un mañana de mareos esenciales, surjan prosas más pulidas, destellos de una vida que madura y no recuerda como hilo de dolor que no te cose.

Seres animados invaden fotografías de Instagram

"Photo Invasion" es un proyecto gráfico del artista brasileño Lucas Levitan. La idea consiste en tomar fotos de desconocidos en Instagram y añadirles personajes que revelan una historia oculta.

Texto por: Paco NiHiL

Imagina pequeñas y gigantescas personitas dentro de tus fotografías. Estos extraños seres, con una actitud simpática y un tanto despistada, se integran a fotografías de desconocidos revelando una historia oculta en un mundo que combina la animación y la realidad.

Lucas es un artista brasileño que actualmente radica en Londres. Su proyecto ha empezado a recorrer todo el mundo y tu también te puedes dejar invadir por estos personajes.

Los personajes y en ocasiones animales de tonos pastel, se integran a la fotografía robada de Instagram y crean una nueva narrativa. Los puedes encontrar conviviendo o haciendo extrañas travesuras a las personas,en otras ocasiones los podrás encontrar interactuando con el paisaje o con los edificios, creando interesantes entornos a la vez que divertidos.

Sigue el trabajo de Lucas Levitan en redes sociales o en su sitio web.

Instagram:
www.instagram.com/lucaslevitan

Tumblr:
http://photoinvasion.tumblr.com/

Sitio Web:
www.lucaslevitan.com

Del pop a lo pasado

 O más Mishima y menos Murakami

Al intentar escribir esto me resultó difícil saber por cuál arista llegar al centro de este texto. Se me cruzaban el dicho de Bejamin “la obra de arte en la época de la reproductibilidad” con mi sorpresa al haber leído “Tokio Blues” de Murakami, junto a mis pocas lecturas de autores japoneses más antaños como Yasunari Kawabata y Yukio Mishima o la que hice de una novela de la estrellita pop Banana Yoshimoto.

Con todo esto puesto sobre la mesa, más que comenzar a escribir caí en la cuenta de que verdaderamente estoy lejos de conocer costumbres, identidad, tradiciones, incluso historia del país de mis autores o de todo el lado oriental del mundo, que camino por un lago congelado cuyo hielo delgadito, propenso a romperse en cualquier momento, deja traslucir una mezcolanza artificial de cerezos en flor, sushi transformado, pollo agridulce, saque que no he probado, fermentado de arroz cuyo nombre no recuerdo, películas de Miyazaki, “Los siete samurais”, “La casa de las dagas voladoras”, “Señora Venganza ” y “Old Boy”, “El arco” y unos cuantos filmes más; la imagen inevitable de los campos de arroz con sus trabajadores protegidos por esos sombreros peculiares como el que cuelga de una pared de casa gracias al viaje de una amiga. Que sólo si los enumeramos de corrido queda todo sin distinción entre japoneses, chinos o coreanos. Una suma de consumo cultural bajo una sola etiqueta.

Tal como el Boom Latinoamericano, el arte pop de Warhol o el Dadaísmo de Duchamp, muchas cosas en la esfera de la cultura guardan inevitablemente un sitio en la cadena de consumo, a manera de sobrevivencia necesaria, afirmación que obviamente no es nada nueva, sin embargo, cabe recordar que este sitio nada les resta de valor estético, poético, artístico o “semiológico”. Y gracias a esta cadena, porque no recuerdo cómo,  cayó en mis manos “La casa de las bellas durmientes” de Kawabata, la primera novela que se salía totalmente de mi mundo reducido mal tildado de literatura universal que sólo se remitía a autores europeos consagrados y sudacas (sin ofender a nadie) bien condimentados, gracias a mi deformación académica. Muchos años después alguien puso en mis manos “Nieve de primavera” de Mishima, apareciendo de nuevo aquella idea que hiciera germinar Kawabata de que era absolutamente necesario el lenguaje sinestético para una mejor traducción de estos autores orientales.

Con “Nieve de primavera” me mantuve al filo con cada página, sufrí con las decisiones inesperadas y el cambio de carácter de los personajes, dos jóvenes en medio de una rigurosa práctica del matrimonio con altas implicaciones de linaje y realeza; sentí la nieve caer de la forma en que sólo imagino cae en aquellas regiones: con cierta suavidad. No obstante, entre las páginas de esta novela se encontraba el remolino que iba creciendo por la confrontación entre las viejas y sagradas costumbres contra la llegada de las prácticas europeas bajo la etiqueta de modernidad, reflejadas en el vestir y sobre la mesa. Mishima, pues, era consiente de que su país y su cultura cambiaban.

Y todo cambió, meses antes de Mishima leí una novela de la que tenía altas expectativas, “Tokio Blues”. Yo pensaba que encontraría un sórdido Tokio transitado por un hombre melancólico de manos en los bolsillos. En su lugar hallé injusto que se nombrara Tokio Blues y no se conservara el título original Norwegian Wood, con plena alusión a la canción de los Beatles –no fuera a ser que alguien no cachara la referencia-. Claro, más expectación generaba el que eligieron ya que en nada se parecen las notas que dejan en el paladar el rockcito de la primera boy band con éxito descomunal versus el canto del alma negra. “Tokio Blues” me dejó la sensación de no creer; sus personajes femeninos me resultaron artificiales, una mezcla de todos los arquetipos de mujer que construían en lugar de una figura fuerte un títere fofo investido por el halo de misterio forzado. El protagonista me resultó un hombre enamoradamente absurdo o absurdamente enamorado, por ahí saltaba una metáfora de la vida como un pozo y una escena innecesaria de sexo entre nuestro joven protagonista y la anciana amiga de su amada cuyo suicidio no sorprende, sino que se tarda. Con la lectura de Mishima entendí mi descontento con “Tokio Blues” y “Sueño Profundo” de Banana Yoshimoto, pues para mi con estas dos obras se inauguraban las novelas pop de aire “zen” pero lejos del “tao”, con intento de conservar cierta estética de los novelistas anteriores pero renovada de manera neoyorkina, pero el Nueva York de Sex and the City.

Muy a título personal, “Tokio Blues” es una novela de la que se puede prescindir en la vida. Sé que desde el título esto parece más una campaña en contra de Murakami –usted disculpe- pero lo que busco es compartir lo que sé y lo que conozco, si pongo por encima a aquellos viejos escritores es porque considero que hacen despertar los sentidos, las emociones, la imaginación, la vida, que tanta falta nos hace, pues vivir en este lugar –no me refiero sólo a México- donde unos cuantos defienden con improperios y maldiciones el maltrato animal, dejando entrever no la defensa de las causas “justas” –si es que existen- sino el deseo violento de una sociedad desgastada, bombardeada, reprimida. No hay defensa, sólo disgusto, ganas de reventar y reventarle la cara a alguien. He escuchado que algunos dicen “más vale que lean lo que sea a que no lean”, pero estoy convencida de que todo lo que consumimos nos determina como personas, como entes históricos, como actores sociales, como consumidores en potencia. No más historias peladitas y a la boca, sí al despertar del entramado y de la complejidad de las relaciones a distintos niveles, uno puede navegar y entender novelas más elaboradas sin necesidad de acudir a un libro que explique “el relato en perspectiva” –una disculpa a doña Luz Aurora Pimentel-.

Por lo pronto, les dejo un link a “El Rumor del origen. Antología general de la literatura japonesa” https://gregoryzambrano.files.wordpress.com/2010/09/javier-sologuren-el-rumor-del-origen-antologia-de-la-literatura-japonesa.pdfn

Mierkoles de Bohemia del Bombay en el Allende Red

Tata Caps, Temok Saucedo y compañia visitan el Allende Red para difundir la palabra eriza. Hoy en punto de las 7 de la tarde.

Busca el evento en https://www.facebook.com/events/477104802464448/
Comienza a las 7 de la tarde.

Mierkoles de Bohemía en el Bombay

Desde hace poco más de año, Temok Saucedo, escritor y músico, ha organizado en el Legendario Bombay los llamados "Mierkoles de Bohemia". Una convivencia de poetas, músicos y artistas de todas las índoles, donde, además de ir a tomarse una fría cerveza o un fresco pulque al caer el atardecer, se recita poesía y se suben músicos a la tarima, amenizando el encuentro.

El espacio está abierto a todo tipo de poesía, desde la más lírica hasta la mas callejera. Sin embargo los encuentros conservan un matiz de resistencia ante la cultura prefabricada en los medios comerciales o banalmente enaltecida en las academias. De resistencia y subversión, de rebeldía y disidencia. En el Bombay no se va a concursar, es una convivencia, una exhibición de armas, una disposición a las críticas, un sitio de embalaje poético, el muelle de donde parte y hacia donde llegan los distintos viajeros de la palabra. Navegantes de extraños océanos donde se han sentido perdidos, visitantes de desiertos donde la sed se sacia con lectores. Hay pocos lugares donde los artistas independientes se sienten en casa, se sienten entre los suyos. El poeta, el músico, el pintor, cualquier artista podía llegar al Bombay y volver de la poesía su patria.

Hoy los poetas se han vuelto peregrinos de la palabra. Recorren la ciudad, de bar en bar, de pulcata en pulcata, de rincón en rincón, donde depositar las líricas que les brotan de las entrañas. Visitan los lugares donde las musas le levantan las faldas a los caídos y le brindan caricias a obscenas a los triunfadores. Pero a todos por igual, les brindan un beso de amor, porque todos son guerreros y mensajeros de la palabra.

El Legendario Bombay

En cualquier otro lugar en la red podrán encontrar que el Bombay era un lugar donde primero se vendía cerveza (un piquería) y que poco a poco se convirtió en cabaret, burdel y hasta table dance. Que ahí se filmaron películas mexicanas como "Las ficheras", o "Bellas de noche". Que con la muerte del propietario José Luis García Contreras, y con algunos problemas económicos, El Bombay, después de albergar Historia, tuvo que cerrar sus puertas.

Pero lo que no se marca suficientemente, es la sutil pero efectiva violencia de Estado de la que ha sido víctima. El Bombay no es un caso aislado, no es un caso de irregularidades o falta de pago, no es un caso de negligencia o falta de compromiso. El Bombay se suma a una serie de foros culturales que sufren la intolerancia del gobierno de DF. El Alicia, Foro 246, La Piramide, Gato Calavera, son foros de esparcimiento cultural que han sido clausurados "por incumplir con la normatividad de estos establecimientos". Pero nada se ha hecho en contra de lugares en donde, por ejemplo, mueren hijos de lideres sociales como Malcolm X. Fingen combatir la trata de mujeres clausurando lugares de entretenimiento para adultos donde trabajan mujeres y hombres independientemente, pero sólo hace falta pasar por la Merced o por fuera de cualquier edificio oficial del PRI y se verán claramente como operan las redes de "explotación de carnes". 

Al parecer el gobierno le tiene más miedo a lugares de esparcimiento cultural, donde  la gente puede intercambiar ideas y hacerlas fluir en prácticas. Tiene el cinismo de negar apoyos a los artistas, pero tampoco los deja organizarse por sí mismos para que puedan ejercer de manera libre sus oficios. 

Hoy El Bombay se encuentra clausurado, después poco mas de tres años de funcionar como "el refugio de las culturas subterráneas". Se daban clases y talleres y frecuentemente se organizaban conciertos y eventos con expresiones culturales que no tienen cabida en muchos lugares. Al gobierno no le interesa atrapar peces gordos del crimen porque se ve incapacitado para contrarrestarlos, se busca lugares vulnerables para poder exhibir alguna presa de su impotencia ante os medios y las huestes de controladores. 

Es por eso que el "Mierkoles de bohemia en El Bombay" está en el exilio y visita distintos foros no tan culturales para difundir la palabra eriza, poesía y música. Hoy en el Allende Red a partir de las 7 de la tarde. Entrada libre, salida también. 

Esculturas Vivas en Bellas Artes

Festival Cultural en repudio a las agresiones de los granaderos a trabajadores del INBA

Texto y fotos por: Paco NiHiL

¡Ave! César de Roma. A veces arde Roma. 

Todo depende de como agrupes los elementos en un misma linea para interpretar un significado. Puedes dar a entender una u otra cosa según los intereses que se tengan. De una forma análoga, el sistema jurídico reagrupa los elementos de una misma linea argumentativa para significar lo más conveniente a sus intereses, pasando totalmente desapercibida, la noción de justicia. La impunidad y la represión no son novedad, como tampoco lo son la violencia de Estado y el grado criminal con el que ejercen descaradamente actos corruptos. Somos una de las naciones más violentas del mundo, sin embargo se quiere hacer creer que somos un país seguro. Somos un país que sostiene su economía, principalmente, en las divisas que provienen de los "paisanos" radicados en el "gabacho", y se nos quiere hacer creer que tenemos una economía interna sólida. Somos un país con alto índice de analfabetismo, se nos quiere hacer creer que somos un país de intelectuales. 

Los discursos institucionales no han bastado para contener las inquietudes de un sector representativo de la población, cada vez más disidente. Pero desde sus ostentosos curules, los principales líderes en vez de buscar una solución equitativa, han decidido que lo mejor era radicalizar sus prácticas y reprimir con lujo de violencia a quién intente oponerse o denunciar los abusos. La gente ha expresado su inconformidad de distintas formas, marchas, mítines, plantones, eventos culturales, talleres, radios comunitarias, sólo por mencionar algunas actividades. La represión y la brutalidad policial ha sido la respuesta del gobierno. Desarticular movimientos, clausurar recintos culturales, perseguir y hostigar estudiantes, encarcelar activistas.

¡Ave! César de Roma. Hay una lucha visible en el nivel material e intelectual. Una relevante porción de la población está organizándose para construir el camino hacia un ideal de País más justo, más tolerante, mejor preparado, pero no en cuanto títulos profesionales, sino en cuanto a capacidad para superar exitosamente los problemas que nos embargan como sociedad. A veces arde Roma. Pero el Estado pretende hacerlos pasar por sectores incómodos que perjudican al desarrollo de la Nación. Los acusa de terroristas, de ser parte del crimen organizado, de ser vándalos y, cuando no ha sido suficiente su violencia de Estado, los captura y los deja en condiciones inhumanas tras las rejas. 

Así funciona lamentablemente nuestra política, acomodando ventajosamente elementos de los sucesos para hacernos creer una realidad que nos beneficia, cuando en realidad, la diferencia en la distribución de riquezas es abismal y en ocasiones, hasta ridícula. Así es como el sistema nos juega un vil calambur. 

Esculturas vivas en Bellas Artes. 

Lo que para muchos era ya un placentero paseo matutino en la Alameda Central y la Explanada del Palacio de Bellas Artes, se convirtió en una verdadera experiencia estética. Pocos minutos antes de despuntar el mediodía, tres bellos cuerpos femeninos se han postrado en una coloridas y floridas telas, bajo una carpa ubicada frente al Palacio de Bellas Artes. Alrededor hay pintores con sus materiales, listos para dibujar a las jóvenes que llevan el rostro cubierto con un pasamontañas. Es parte de la intervención del Taller de dibujo Arte Humano. En un lado de la carpa está el "Joven Viejo Quartet" interpretando unas pieza de jazz. En el cuerpo de las modelos se han pintado las consignas "Viva México", "Fuera granaderos" y "Fuera Mancera". Así da inicio el Festival Cultural en repudio al  ataque de los granaderos hacia trabajadores de Bellas Artes.

La explanada del histórico palacio se va llenando de movimiento. A un costado de la carpa donde se lleva a cabo la sesión de dibujo, se están imprimiendo grabados gratis, también hay grandes rectángulos de papel Kraft para que las personas pinten su granadero, lo que posteriormente se convertiría en un tendedero. Hay lectura de poesía, se siguen los performances, danza, teatro. Aparecen más artistas conforme transcurre el día, la gente se intriga, se les explica que es una manifestación en repudio a los cuerpos policiales y sus agresiones. 

Esta labor está organizada por artistas independientes que se han solidarizado con los trabajadores agredidos. Han optado por una estrategia distinta para atraer la atención de los medios y de la gente. En vez de salir a marchar o hacer un plantón, opciones ya muy desgastadas por la opinión pública, han usado el poder que les otorga sus oficios. Sus armas son la música, el canto, la palabra, la imagen. Sus instrumentos musicales son fusiles que se levantan por la paz, la poesía es un escudo que te protege de las derrotas y enaltece las victorias. Los lapices y pinceles son dagas afiladas que desangran al opresor. Los cuerpos se vuelven proyecciones de nuestros ideales en las representaciones escenográficas. La estética del arte no se reduce a lo alegórico, implica una fuerte capacidad de conciencia histórica. 

El Festival transcurre sin ningún incidente que lamentar, por el contrario, mucho que festejar. La organización, la empatía, el esfuerzo, la unión. Se ha dado un claro ejemplo de una manifestación que no cause la irritación de sectores que podrían ser afectados por marchas, como cierre de negocios o de calles. Muchos traseúntes no han imaginado siquiera que lo que se hacía era una manifestación hasta que no se han acercado e informado. Francamente creo que la protesta social debe adquirir un tono distinto al que ha adquirido gracias al desprestigio de las autoridades con campañas sucias, como la "criminalización de la protesta".  Se deben impulsar actividades distintas que generen un alto impacto en la sociedad, vertiendo en ellos un grano de conciencia y reflexión.

Son débiles, por eso usan la fuerza.

El pasado 5 de junio varios trabajadores del Palacio de Bellas Artes fueron agredidos por elementos de seguridad pública del DF. Los elementos policiales han tenido el descaro de pisar las entradas del Palacio y de golpear a personal, entre ellos un menor de edad.

El asunto no es nimio. Son cuerpos policiales, supuestos responsables de otorgar seguridad a la ciudadanía, actuando como criminales, intentando ocultar un acto de violación de derechos humanos tras sus escudos y toletes. Como perros hambrientos han actuado, se les intento arrebatar un pequeño hueso que no era suyo, y han aventado la mordida.

 La gresca comenzó cuando un trabajador se dio cuenta que un joven era detenido en las inmediaciones del metro, se le acusaba de portar marihuana. Este "peligroso" marihuanillo tuvo que ser sometido por más de una decena de granaderos, con total violación del procedimiento de detención y flagrante violación a sus derechos humanos. El trabajador varias personas más decidieron confrontar el abuso policial registrando las imágenes de lo que sucedía con su celular. Motivo suficiente para iniciar las agresiones. Cuando los granaderos empezaron a manotear el celular del trabajador sus compañeros salieron a defenderlo. Pero para los mandos no fue suficiente, no les bastaba con extorsionar a quien podían, ahora estaban molestos porque los ponían en evidencia y buscaban con quién descargar su enojo. 

No podemos llamar a esto un enfrentamiento, pues los trabajadores no tenían armas ni disposición para confrontar los ataques. Protestaban, se quejaban, gritaban y grababan el abuso policial. No tuvieron consideración alguna y arremetieron con lujo de violencia hacia los trabajadores y además se llevaron 4 detenidos. Por registrar imagen los trabajadores del Palacio de Bellas Artes han sido víctimas del abuso policial y su brutalidad. 

Por eso los trabajadores y artistas independientes se han solidarizado para crear un Festival Cultural en exigencia de castigo a los hechos suscitados el pasado 5 de junio y que no se repitan. Al mismo tiempo, se suma una exigencia de justicia para el pueblo mexicano y un reclamo ante ola de violencia y represión que se ha desatado en distintos sectores.